TERRORISMO POETICO

23.12.08

MAQUINARIA ANCESTRAL


Un motor ha despertado.
Hiede el vaivén de una maquinaria ancestral.
El aire se ha enrarecido y los poros se han abierto.
Es entonces cuando una estrella
Arde en la frente, es entonces cuando una gota
De sudor quema los sentidos.
A toda maquina, una industria del deseo funciona
A toda maquina, la producción no espera
Y somos esclavos de su resultado:
Una pasta viscosa, un fluido incandescente.

Este es el pacto, el secreto, el misterio maldito,
La esclavitud más placentera.
Cautivos de la sensualidad, presa somos del aroma infecto
Del amor.
Y es amor, amor que respiran nuestros dedos.
Un roce, un quejido dolorido y sediento.
Se toman, se vuelcan sobre si y la industria prospera.
Arriba y abajo, a revoluciones crecientes
Se multiplican los jadeos, un haz traslucido se dibuja
En sus ojos.
Ya no son humanos, son animales.
Automatizado, el movimiento continúa; adentro y afuera.
Como un martillo, un destello de ingeniería ardiente.
Ya no son animales, son máquinas.
Los instintos básicos han desaparecido,
Se enseñan el deseo último, la necesidad primera.
Pides
Más
Pides
Más
Pides
Más
Mueres
Ya
Vives
Más y más.
Hay un diente clavado en mi hombro,
Garras arrancando mi piel y no duele.
¿Estoy muerto?
Por un segundo desfallezco, por un periodo de tiempo bendito
No comprendo.
Bendito, bendito sea por los hombres, disfrazados de dioses.
Razonando, descubridores del deseo, buscadores de placer.
Perplejo observa una silueta, una línea curva de
Maravillosa fachada; como la soñó, como fue creada.
Palpa con insegura experiencia,
Dionisio embriagado brota en feliz comunión,
La tierra a sus pies sonríe y una vida ha sido desperdiciada.
Si, si, si, estrellas brillando, arcoiris que nace de
Los senos de la tierra; perfectos. Sientes la vida vibrar.
En este segundo el cosmos es uno, se acabaron las formas.
Solo un segundo, solo uno y se avecina una avalancha.
Una bomba estalló en los cielos, esta explosión me permite
Dulce soslayo.

Ahora son tus ojos temblando, las pupilas desaparecieron.
Un ceño fruncido, ¿por qué?, ¿te preocupas? No, díselos,
Admítelo, lo disfrutas. Es solo que no lo crees.
Un cuerpo dentro de otro, la ley de la materia desafiada,
Muerta, atropellada, apuñalada por la carne, por el músculo,
Por el gemido incesante.
Elevación, iluminación, abiertas están las puertas de los cielos.
Rásgalas con un grito, ¡aquí estoy! Y he llegado al tope.
De rodillas ante el imperio de los sentidos, un trono inseminado,
Engranaje inmaculado, lubricado con la esencia de la creación.
Sostenla en tus manos, saborea el terremoto.
Tragan saliva en simultánea, la pelvis se fractura.
Estoy cavando, buscando en el interior de tu vientre,
Hasta lo más profundo, a Dios, y lo he encontrado.
Él esta allí, justo cuando esta perfecta maquinaria colapsa y
Cada labio se topa con aquel opuesto.
Saliva, sudor, esperma, sexo, muerte:
Adictos a lo divino, adictos a la vida.
Una nube resbalando por tus piernas.
Se realizó un milagro, la vida se estanca.
La creación brilla y un ave grazna la aurora.

1 comentario:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar